
La pradera es un bioma cuya vegetación predominante consiste en hierbas y matorrales. El clima es templado, entre semiárido y húmedo; hay una estación cálida y, generalmente, otra estación fría en invierno. La fauna de la pradera cumple un papel fundamental en la preservación del equilibrio natural, esencial para la cadena alimentaria. Numerosas especies de animales excavadores de las praderas, al remover el suelo, modifican el contenido mineral de éste y posibilitan el crecimiento de las especies vegetales. Bajo tierra actúan las lombrices y otros invertebrados que, además, oxigenan el suelo, junto con millones de bacterias que descomponen los residuos orgánicos.
LAS ESTEPAS

Cuando una pradera de hierbas altas y abundantes se extiende a zonas donde hay menos lluvias, deriva en terrenos cubiertos por hierbas más bajas y más escasas, convirtiéndose en estepa.
Animales como el coyote se adaptan perfectamente a vivir en las estepas, donde recorren largas distancias en busca de agua y alimentos.
En general, son especies capaces de soportar los veranos calurosos y los inviernos fríos y secos, que a su vez impiden el desarrollo normal de los vegetales. Esto obliga a los animales a emigrar en busca de pozos de agua fangosa.
LA SABANA

Normalmente, las sabanas son zonas secas de transición entre selvas y semidesiertos. Las sabanas se encuentran ubicadas en zonas tropicales y subtropicales, sobre todo con climas tropicales secos aunque en ocasiones también se incluyen ecosistemas templados similares bajo esta denominación.
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